Diamantes naturales

Los diamantes son minerales naturales raros formados por carbono en una estructura cristalina. Gracias a esta estructura es el material más duro conocido. La rareza de los diamantes radica en que se formaron naturalmente en la corteza terrestre a una profundidad de entre 150km y 250km de profundidad y en ambientes de altísima presión, calor y ausencia de oxígeno entre 1 billón y 3.5 billones de años atrás. Los diamantes que conocemos fueron traídos a la superficie de la tierra a través de erupciones volcánicas y depositados en rocas magmáticas de donde son recolectados en su forma bruta.
Una vez que se encuentra un diamante se analiza su forma bruta para definir la cantidad, forma y tamaño del diamante o diamantes que puede tallarse a partir del bruto. Hoy en día este trabajo lo hace un software que analiza un escaneo tridimensional de la forma.
Una vez realizado el análisis se procede a tallar la pieza, este sigue siendo un trabajo manual extremadamente complejo y que requiere oficio y experiencia.

El diamante es el material natural más duro que se conoce. Eso hace que también sea frágil, por lo que el tallado es un proceso que debe llevarse a cabo con sumo cuidado. Este se realiza usando un disco giratorio en el que se coloca polvo de diamantes, luego se coloca el diamante bruto en un brazo que permite controlar con mucha precisión el ángulo en el cual se apoya la cara que quiere tallarse contra la base giratoria. La fricción que se genera entre el diamante y el polvo provoca el desgaste que finalmente da la forma.

Un diamante de un quilate puede llegar a tardar 5 días en terminar de pulirse. Los diamantes más grandes pueden tardar hasta medio año.
La talla en el diamante va a definir su valor, ya que un diamante brilla y resplandece
en función de su talla. Es la única variante de las cuatro C (la forma en la que se valúa un diamante) que depende del oficio de una persona.

Diamantes de laboratorio

Los diamantes de laboratorio son diamantes producidos en procesos tecnológicos, en oposición a los diamantes naturales, que son creados en procesos geológicos. El diamante de laboratorio fue obtenido por primera vez en el año 1954 por General Electric Company, utilizando un método basado en la cristalización del carbono en diamante a altas presiones y temperaturas. En este método se utilizan presiones de 50-60kbar y temperaturas de 1300 a 1600ºC, correspondientes a las condiciones de formación del diamante en la tierra, a profundidades de unos 200km. Este método se conoce como HPHT (del inglés High Pressure High Temperature).
El mismo se convirtió rápidamente en la principal fuente de diamantes sintéticos industriales (pequeños diamantes de baja calidad utilizados para múltiples aplicaciones técnicas, sobre todo como abrasivos).

La obtención de grandes cristales por este método es mucho más complicada y costosa. No obstante, en el año 1970 fueron obtenidos también los primeros cristales de diamante sintético por HPHT calidad gema de hasta un quilate de peso. Los primeros diamantes sintéticos gema eran mucho más caros que los naturales. No obstante, los avances tecnológicos permitieron abaratar los costos con el paso del tiempo, de tal forma que a mediados del año 1990 aparecieron las primeras empresas que
comercializan el diamante sintético HPHT de calidad gema.

Existen otros métodos de síntesis de diamantes que no requieren presiones y temperaturas tan elevadas.
Se trata de un método de deposición de vapor químico o CVD, (Chemical Vapor Deposition en inglés). En este caso como fuente de carbono se utiliza el gas metano, que se mezcla con hidrógeno y se ioniza mediante el plasma. Los iones de carbono se depositan sobre una superficie, creando una capa muy fina de diamante.

Este método, utilizado por primera vez en el año 1952, inicialmente no se planteaba como posible método de síntesis de diamantes gema debido a las velocidades muy lentas del proceso.

La deposición de capas de diamante tiene otras numerosísimas aplicaciones técnicas, así que la investigación en este campo es muy intensa. El desarrollo del método permitió depositar capas de diamante en superficies de otros materiales, además de acelerar la deposición de forma muy significativa. El perfeccionamiento de la síntesis CVD también hizo posible la obtención de monocristales de diamante sintético CVD de calidad gema, y en el año 2005 apareció la primera empresa que se dedica a su comercialización.

En la actualidad los diamantes sintéticos todavía son muy escasos en artículos de joyería. No obstante, si antes para un gemólogo era suficiente identificar el diamante para saber que es natural, hoy también es necesario asegurarse de que no es sintético, sobre todo en los diamantes de colores Fancy amarillo y marrón, cuya síntesis es más rápida y económica.

Diamantes Fancy

Corte de un diamante
Normalmente, los diamantes incoloros son los más valorados. La belleza de estos diamantes radica en su alto brillo, su apariencia pura e incolora y sus clásicas facetas bien definidas, además de algunos destellos de color gracias a la dispersión de la luz blanca en sus colores espectrales dentro del diamante. La talla brillante es un claro ejemplo de cómo son estos diamantes incoloros.

En el caso de los diamantes de colores, también llamados Fancy, el corte siempre tiene como objetivo crear la saturación de color más intensa al observar la piedra. Esto normalmente se logra mediante el uso de estilos de corte mucho más complejos con una mayor cantidad de facetas. Estas facetas intentan atrapar la mayor cantidad de luz en la piedra a través de reflejos internos, logrando que el color observado sea más saturado. Este efecto se ve mejor en diamantes talla cushion, navette o pera.

Color de un diamante
Los diamantes pueden ser de diferentes colores: incoloro, blanco, negro, azul, rojo, verde, naranja, rosa, marrón, entre otros. Existen múltiples combinaciones de estos tonos y pueden abarcar amplios rangos de saturación (intensidad del tono) y variar en una escala de negros a blancos.

Clasificación de color en un diamante
La clasificación de color en los diamantes es un proceso muy detallado, ya que existen tres parámetros ópticos que deben tenerse en cuenta para llegar a una conclusión:

  1. Matiz del color (por ejemplo rosa, azul o verde).
  2. Saturación del color (intensidad).
  3. Tono (de más claro a más oscuro).

La interacción de estos parámetros puede dar como resultado un color puro, como en el caso de los diamantes Fancy rosa, o colores combinados como "rosa amarronado", "rosa anaranjado" o "rosa grisáceo".
Si añadimos mayor complejidad, el patrón de reflejos puede generar diferencias claras en la saturación del color, visibles dentro de algunas partes del diamante. Esto hace que la gradación del color sea todo un desafío.

El color de los diamantes fancy se determina clasificando la parte con mayor saturación del diamante. Por otro lado, los diamantes incoloros se clasifican en la porción del diamante con el menor reflejo interno.
A diferencia de la clasificación de color de los diamantes incoloros, actualmente no existe un estándar mundial basado en “diamantes maestros” para clasificar los diamantes fancy.
En el Instituto Gemológico Suizo (SSEF), los diamantes fancy se clasifican utilizando una serie de diamantes fancy como estándares internos divididos en las siguientes categorías (usando el rosa como ejemplo):